Los cambios solamente los podemos decidir nosotros como dueños de ese tesoro tan preciado que Dios nos dio y a lo largo del camino debemos entender que realizar cambios para bien siempre valdrá la pena.

No se trata de hacer cambios por hacerlos sino, hacer giros que vayan en función de organizar y programar tu futuro.

“No se puede hacer nada para cambiar lo que ya pasó, pero sí se puede hacer mucho para cambiar lo que viene.”

Hace más de una década tome una decisión trascendental de blindar mi principal patrimonio con una póliza de vida y el día de hoy, me mantengo firme en mi postura de llevar conmigo este blindaje que me acompaña a cualquier parte.

Tomar la decisión de blindar a tus hijos y asegurarte es entrar en una etapa de la vida donde podrás gozar de la mayor tranquilidad que puedas imaginar sabiendo que, en caso que tengas que partir en algún momento de manera prematura estés convencido que tu principal patrimonio se encuentre bien protegido y bien seguro.

No es capricho, es una necesidad.